













Contar con la presencia de Aldo en el estudio (allá por el 2018) es un momento que guardo en la memoria. Él trajo la idea de estar presente en el registro de sus esculturas como parte de esa propuesta performativa, tan propia de la vanguardia que representa. A partir de eso conseguimos materiales muy valiosos de interacción del artista y su obra y, por supuesto, el placer de retratarlo y compartir esas tardes. Además reproduje obra pictórica, dibujos y bocetos de su archivo personal de más de cinco décadas de trabajo.